martes, 20 de enero de 2009

"Interruptus" Cap.5

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By: Ellle


Cap.5
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Durante el resto del día libre no volvieron a verse las caras, algo que no pasaba desde hacía mucho tiempo.

Les gustaba pasar las horas muertas juntos, a excepción de Gustav que se iba a hacer quién sabe que cosas cada vez que tenía oportunidad.

El grupo les absorbía, pero no importaba; eran felices así.

La frase más repetida del cantante aquella mañana tenía que ver con descubrir el paradero de

su hermano. No le había cabreado que le ignorase, no le había cabreado que lo besara, no le había cabreado que le hiciera salir de la habitación sin derecho a decir esta boca es mía, ni que le hubiera metido mano, ni siquiera que hubiese no ya insinuado, sino afirmado rotundamente que se dejaba tocar por pena, como si cualquiera que hubiese venido llorándole hubiera tenido derecho absoluto sobre su piel.

Al salir de la habitación el menor creyó que volvería, que solo necesitaba pasear, calmarse o…algo. Le había esperado. Le había esperado durante horas y no había vuelto. Y eso si que le hacía estar furioso. No podía liar la que había liado y luego desaparecer sin darle oportunidad de explicarse.

Cuando apareciera le haría tragar la maldita pala de ping pong, para que aprendiera, gilipollas, que diez minutos no le convertían en un hermano lo suficientemente mayor como para tratarle de inocente niño traumatizable.

Tarareó algún estribillo de Nena al azar, tratando de apartar la idea de asesinar a su hermano con dolor. Que lento pasaba el maldito tiempo cuando lo único que deseaba era que corriese.

Tras tres horas de búsqueda decidió que su mejor opción era montar guardia frente a la puerta de su cuarto. Tenía que aparecer y, por su bien más le valía aparecer antes de que tuviera una pira montada con sus gorras.

Se quitó el collar de pinchos para jugar a enrollarlo y desenrollarlo entre los dedos.

Había perdido los nervios, estaba ojeroso y se había estropeado la manicura, pero se vengaría, si hacía falta volverían aquellos años en que se zurraban con las cazuelas.

-¿Qué haces aquí tirado?- aquella pregunta le arrancó de sus pensamientos vengativos. Los pantalones anchos del mayor estaban ahora ante sus ojos.

-Pues no sé. Estábamos hablando y te has ido- el rastas le tendió la mano para ayudarle a levantarse. Un estremecimiento recorrió su cuerpo al sentir el calor de la piel de su hermano.

Al tenerle otra vez enfrente.

-Ha sido un día muy raro- y de nuevo silencio. Incómodo y largo silencio en aquel pasadizo de hotel. Iban a hablar, y comenzaron los dos a la vez; y sus nombres sonaron simultáneos antes de caer de nuevo en el silencio.- ¿Qué ibas a decir?

-Tu primero- nunca les había resultado difícil hablar sin embargo ahora las palabras se quedaban en el fondo de la garganta, se ahogaban con ellas, podían sentirlas en el estomago.

Un paso adelante y Bill acortó a cero el espacio entre los dos.

- ¿Qué…?- y de nuevo su boca contra la del mayor, los brazos rodeando su cuerpo. Tom creyó que soñaba cuando los labios del moreno se despegaron de los suyos para llegar al cuello, para lamer con suavidad, arrancando jadeos y algún escalofrío eléctrico. Apretó su camiseta entre los puños y haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad le apartó lo suficiente para poder volver a hablar con cordura.- Bill de verdad, esto no es necesario…no quiero que te sientas obligado a…-ni siquiera pudo acabar la frase, un chasquido, un instante de confusión y un par de segundos para comprender lo que había pasado. La mano abierta del menor en el lugar conde antes había estado su cara, y un creciente ardor picante en la mejilla- ¡¿pero porque me pegas?!

-¡Tú eres tonto! ¡Ese es tu puto problema!- el de rastas le tapó la boca mirando a derecha e izquierda que nadie apareciera alertado por los gritos de su hermano antes de seguir hablando en un furioso susurro. Uno de los anillos de Bill le había hecho un corte en la mejilla que no dolía, pero si escocía como un maldito demonio.

-Mira idiota, lo estoy haciendo por ti. No has de esforzarte siempre por agradar pase lo que pase- al hablar el guitarra le hundía el dedo en el pecho una y otra y otra vez- si se ha dado el caso de que he tenido que confesarte mis sentimientos pues me dejas en paz, no espero que hagas nada joder. ¿Si vienes aquí a besarme te crees que me ayuda? ¿Te crees que no quiero hacerte nada y que con cuatro besos esto va a pasar? Soy un hombre adulto y te quiero joder, así que si quieres ayudarme será mejor que me dejes en paz y que no te acerques a mí estando a solas en un tiempo- El menor le miraba estupefacto. Siempre había creído que su hermano tenía mas luces. No podía creer que para él fuese algo tan difícil de ver. Suspiró, en parte cargándose de paciencia, en parte desechando la idea de volver a golpearle, en parte para volver a encontrar un maldito tono de voz civilizado. Lo miró a los ojos sin prisas, y a la pequeña gota de sangre que la bajaba por la mejilla.

-Tommy ¿Tú me escuchas?- no lo preguntó como reproche, ni como bordería; solo quería estar seguro de donde estaba el jodido problema.

-Claro que te escucho ¿a que viene eso ahora?

- ¿¡Entonces te hago un maldito mapa o que!?- de nuevo la mano de Tom tapándole la boca, y ya estaba perdiendo los papeles por completo. Le cogió la muñeca y se la apretó contra la pared, importándole un carajo hacerle daño. La espalda de Tom golpeó secamente la pared pero ni lo notó, el aliento de Bill contra el suyo lo tenía hipnotizado. Avanzó ligeramente la cabeza para besarle, pero le menor retiró la suya, haciendo que le odiara por ello.

-Bill…- por el tono de súplica que usó, el menor estuvo apunto de ceder, pero no…se merecía aquello. Su manicura debía ser vengada. Mordió el aro de su labio y tiró de él, antes de bajar a su barbilla y su cuello. El mayor ni siquiera intentaba parar los gemidos que le producía la sensación cálida de la lengua, los dientes y aquella bola de titanio que ahora subía por el filo de su mandíbula hasta su oído, regalándose con fuerza en aquella parte mas dura que ni siquiera sabía como se llamaba pero le volvía loco.-Nos van a ver- murmuró en un momento de lucidez.

- ¿De que tienes miedo?- le susurraba contra su oído, metiendo la mano libre dentro de su camiseta y una de sus piernas entre las suyas- ¿de que alguien te vea a ti, gran seductor, rojo como un tomate y contra la pared?- El guitarra le odió por aquel tono de burla-si quieres que entremos en la habitación no tengo inconveniente pero…no me pidas que pare después.
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Una vez mas, gracias a Lugoth por dejar su comment, aca el siguiente cap. linda.
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"Interruptus" Cap.4

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By:Ellle


Cap.4
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Nunca había visto amanecer, o al menos que él recordara.

Sabía que tarde o temprano tendría que salir. Podía saltarse el desayuno e incluso la comida…pero tarde o temprano tendría que mirar a su hermano a la cara.

-Por favor Bill…sal de la habitación.- recordar sus ojos enrojecidos todavía le provocaba vergüenza. El menor había abierto la boca un segundo para decir algo, pero ni un sonido había brotado de sus labios hinchados, una última mirada y había salido de su habitación tal hi como entró; sin hacer ruido.

Acarició su boca con dos dedos mordiéndolos ligeramente, dejándolos resbalar dentro, empapados en saliva para acariciarse la lengua. Recordaba aquella bola de titanio que decoraba la de su hermano, el tacto duro y cálido que contrastaba con el de sus labios fríos, secos y blandos. Recordaba su corazón latirle contra el pecho como un tambor, recordaba su olor a champú, a laca…ese olor como de ropa nueva y recordaba como su alma le había suplicado desde lo más profundo que siguiera, que era su hermano, que lo entendería y le perdonaría. ¿Pero que había que entender? ¿Qué habría dado su alma a cambio de que Bill hubiera correspondido el beso? Y en el colmo del delirio le imaginaba allí, con él, susurrando su nombre tan cerca de su oído…y no Bill, me haces cosquillas basta, para…sus manos frías colándose bajo su camiseta. Estaba enfermo.

Se levantó como con un resorte al notar que la temperatura de su cuerpo volvía a subir. Hacía calor en aquella habitación, pero no era la habitación. Era él.

Se cambió de camiseta antes de atusarse las rastas dispuesto a pasar cuanto antes el mal rato, sin poder evitar que la mano le temblara al coger el pomo.

En el comedor del hotel había unas tres o cuatro personas, ninguna del equipo que supuso, todavía debían dormir. Tenía el estomago cerrado pero aún así, su mala conciencia le obligó a coger una tostada, untarla y dedicarse a mordisquearla a la espera de que alguien bajara.

-Vaya vaya, ¿en que realidad alternativa me encuentro en la que tu te levantas antes que yo?- Gustav le miraba con los brazos en jarra-¿que ha pasado?

-Nada... ¿tiene que haber pasado algo para que yo madrugue?- le dedicó una expresión infantil lamiendo la tostada.

-Como mínimo, hundirse tu habitación-dio un trago de té antes de dejarse caer en la silla de enfrente haciendo que la comida se balanceara en la bandeja.- ¿No comes nada más?-Iba a contestar, a decirle que no tenía hambre, que ya se hincharía de hamburguesas a la hora de comer pero un saludo a su espalda le heló la sangre-Vaya, el otro dormilón en pie antes de las tres de la tarde en el día libre ¿Qué demonios me he perdido?- y frunció el cejo mientras Bill se sentaba en la mesa.

-No he dormido nada, nada bien- se le veía en las ojeras, enormes y oscuras, demasiado fuertes para una sola noche sin dormir, y el mayor pensó que tal vez había estado llorando.

-Deberías ir a tumbarte un rato entonces- le habló mirándole de reojo, a un pequeño punto amoratonado en su labio inferior.

-No, estoy bien- no fue seco, ni borde ni nada. Solo sonó cansado. Solo sonó triste. Su pierna tocaba ligeramente la de Tom, podía sentirlo incluso a trabes de sus pantalones anchos.

-Ahora solo falta que Georg nos sorprenda gratamente bajando a desayunar también-Bill soltó una carcajada irónica. Sin duda el bajista estaba en su cama feliz, soñando con los angelitos.

El resto del desayuno fue un incomodo silencio. Gustav ojeaba un libro raído mientras apuraba un panekkoke de manzana y nata, Tom tardó casi media hora en terminar la tostada y Bill removió el bol de leche con cereales hasta haberlo convertido en una pasta incomible.

-En fin, voy a recoger mis cosas- el mayor se puso en pie mas por estar al borde de un ataque de nervios que por recordar el estado en que había dejado su habitación la noche anterior.

¿Cómo había podido meter la pata tanto? Pero Bill parecía estar normal. A lo mejor no se había enfadado…a lo mejor sentía algo. Sí, claro y a lo mejor legalizaban las relaciones incestuosas, el matrimonio gay y podían comprarse una casita en los Alpes también.

-Voy a ayudarte- un leve roce de la mano del cantante en su espalda le pronosticó que moriría de una úlcera antes de llegar a la habitación.

Evitó el ascensor solo para aplazar el momento de quedarse a solas con él en alguna estancia cerrada aunque fuera 5 minutos. 5 minutos pueden ser cruciales cuando no sabes que decir, cuando tratas de buscar una excusa, aunque, por desgracia en aquel caso no la había.

Suspiró profundamente antes de entrar, seguido por su gemelo que no había abierto la boca en todo el trayecto. Tal vez era su modo de vengarse por aquella noche sin dormir que le había creado esas antiestéticas ojeras, tal vez tampoco sabía que decir.

-No has dormido ¿por lo de ayer?- formuló la pregunta sin volverse a mirarlo.

-Ajá.

-¿Estás enfadado?

-Estoy sorprendido, supongo- le oía a su espalda- pero lo entiendo. Siempre nos hemos llevado muy bien como hermanos, pasamos todo el tiempo juntos, y con las giras, el estress…todo, es normal que acabemos por confundirnos- se giró a mirarle con una sensación extraña en el estomago. Lo había malinterpretado todo.-Lo de ayer está olvidado, no te apures Tommy.

-Yo no estoy confuso- apretó el entrecejo entre los dedos, como si ese gesto hiciera que su cerebro estuviese menos denso- te quiero, y eso no va a cambiar. No puedes olvidarlo, porque yo no puedo- un paso y lo tuvo lo suficientemente cerca para poder rodear su cintura con los brazos y estrecharle contra su cuerpo- cada vez que te tengo cerca quiero besarte y eso no va a cambiar- le miró a los ojos para ver su reacción y el le devolvió la mirada. Su reflejo, tan iguales pero al mismo tiempo tan distintos. Bill, el oscuro, el femenino, dulce y siempre algo triste no demasiado. Eran como el Ying y el Yang. Bill era su Yang. Su paz. La oscuridad que necesitas para poder descansar; esa oscuridad que te arropa y te muestra maravillosos sueños sin quedarse nada para ella. Oscuridad misteriosa, oscuridad eterna, oscuridad lasciva.

Buscó de nuevo sus labios para saciarse de él, para saciarse de oscuridad, pero esta vez de forma tierna y lenta. Un beso cálido, con sabor a fruta y a jadeo y él le correspondió de forma tímida, dulce, como siempre había imaginado que besaba.

No supo cuanto tiempo habían pasado así, pero rezó para poder vivir sin respirar un poco más.

-¿Me estás dejando seguir por pena?- a decir verdad igual le daba la respuesta. Necesitaba aquello. Se dejó resbalar sin apartar la mejilla de su cuerpo hasta quedar de rodillas frente a él, hasta morder la piel tatuada de su vientre con desesperación y prisas, hasta arrancarle un gemido, una presión de sus manos sobre los hombros. Hasta sentir como las rodillas del menor flojeaban al contacto con su lengua. Lamió, sorbió y chupó la piel de su estomago sin dejar de abrazar sus piernas, sin dejar de sentir como él tiraba de sus rastas con suavidad.- ¿Es esto lástima?

- No. No lo sé.

-¿No lo es, o no lo sabes?- desabotonó su pantalón esperando que hiciera algo, pero Bill no se movió- ¿Me dejarías seguir hasta el final por pena?- estiró la lengua para lamer justo en el borde del boxer, para dejar ahí su respiración como una caricia, para sentir el corazón del menor como un pequeño pájaro cautivo dentro de su cuerpo.- Eres demasiado bueno.

Se incorporó, quedando de nuevo frente a frente.

-Eres mi hermano- dijo aquello como si lo justificara todo, como si fuera normal que aquello pasara entre hermanos. Como si fuera entendible, perdonable, lícito.

-No seas tan tierno porque sino todo el mundo se enamora de ti- pasó la mano por su mejilla, que ardía sonrojada mientras le sonreía con dulzura.

-Tommy si realmente lo necesitas no me importa- el color de sus mejillas subió de tono aun mas mientras hablaba- porque eres tu.

-Necesito que me quieras como yo te quiero, y eso no puedes regalármelo.

-¡Te quiero!- lo dijo en un tono tan obvio, tan dulce que Tom no pudo sino sonreír.

-Ya lo sé, pero no es lo mismo.-Besó su frente antes de dirigirse hacia la puerta. Se sentía mejor, no estaba huyendo de Bill. Solo necesitaba aire.

Tras el portazo el menor siguió sin moverse. Trataba de que su corazón se calmara después de aquello pero le parecía imposible. Su piel ardía, sus manos temblaban, sentía los labios hinchados latir con fuerza. Estaba excitado. Su hermano le había excitado. Su lengua, sus manos, su forma de mirarle. Ladeó la cabeza, tratando de imaginar como serían los besos de Tom contra su cuello, contra su pecho. Pasó los dedos sobre la estrella, ya seca aunque aún caliente y no pudo evitar un escalofrío, un sollozo…algo empapado y calido dentro de sus pantalones.

-Mierda- murmuró. Menos mal que iba de negro.
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NdAutora: Tom es tonto

Dedicado a Lugoth, que fue la primera en inaugurar los comentarios, aca otro lindo cap. ojala y te guste!
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"Interruptus" Cap.3

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By:Ellle


Cap.3
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Le observó lentamente al entrar; como su delgado cuerpo se dejaba caer sobre la cama.

-¿Tú tampoco puedes dormir?- el menor esbozó una sonrisa, mostrando sus dientes apretados y burlones.

-¿Teniéndote a ti pared con pared haciendo más escándalo que un elefante, dices?- había estado pateando un par de cosas pero no había hecho tanto ruido, ¿no? Volvió sus ojos hacia la maleta en la que llevaba sus gorras, ahora vacía porque todas ellas se esparcían por la habitación.

-Lo siento, no me di cuenta.

-¿Va todo bien?-el de las rastas solo pensaba en que apenas hacía un rato, la habitación le parecía el doble de grande. Necesitaba una cerveza.

-Claro que si, el disco esta grabado, tengo guitarra nueva…ha sido un día genial.

-Y dichas las tonterías de rigor ¿Qué ocurre?- habían centenares, tal vez miles de cosas medianamente inteligentes que hacer, decir o pensar; podría haberse metido en el baño, alegar cansancio, añoranza, crisis adolescente, terror creciente hacia sus fans o nervios por un sueño recurrente sobre la destrucción del mundo y las trompetas de Jericó, pero en vez de todo eso, comenzó a mirar al techo como si este fuera lo mas interesante de la creación.-¿Es que ya no confías en mi?- maldito amo del chantaje emocional. Cada vez que quería sacarle algo, conseguir algo o meterle en algún follón acompañaba esa frase de una estudiada expresión facial que se columpiaba entre “estoy dolido porque no me lo cuentas”, “siento que te estoy perdiendo” “Hace 4 años me lo hubieras dicho” y la entrañable “¿no ves que estropeas nuestro vinculo y hieres mis sentimientos?”. Todo eso sin palabras. Saltaba de la una a la otra en fracción de segundo sin despegar los labios. De todo eso era capaz Bill.

-Sabes de sobra que confío en ti mas que en nadie- y él bajó el rostro con tristeza murmurando “si, claro”-no me montes dramas, por favor. Ya no somos niños podemos tener secretos.

-Tommy estoy preocupado. Los dos últimos meses estás siendo muy huraño.- Se levantó de la cama para acercarse a él. El mayor sintió ese frío extraño en el estomago ese vuelco en el corazón- estás triste.

Le tenía delante y la pared a su espalda.

-No seas niño Bill.- Seguía mirándole fijamente, tan cerca que sentía su respiración en la piel.

-¿Es conmigo no? ¿és con algo que he hecho con la banda?¿Algo que he dicho? No te quedes callado por el amor de Dios.

El tenerle tan cerca le estaba volviendo loco.

-¿Quieres saber que es lo que me pasa?- se imaginó que su hermano asentiría afirmativamente con una media sonrisa tímida. De haber podido elegir, habría preferido hablar, pero no pudo. Su cerebro dejó de responderle cuando sin quererlo, sin desearlo, sin buscarlo, sus ojos quedaron fijos en los de él. Que eran como los suyos, pero no lo eran. Con aquellos restos de maquillaje negro que los oscurecía y los hacía parecer profundos, eternos, infinitos; aquel deje triste, tímido y siempre conciliador.

Antes de poder razonar nada ya apretaba sus hombros y con un gesto brusco había cambiado la posición; le tenía contra la pared, viendo como aquellos ojos que le hacían enloquecer lo miraban ahora con una pequeña chispa de curiosidad, un abandono blando.

-Tom…- lo susurró lentamente. Como si simplemente comenzara a comprender lo que ocurría. Y ya lo sabía. ¿Qué importaba todo ya? Ahora ya solo leía desaprobación. Tristeza. Iba a perder a su hermano por un deseo que ya no podía controlar por más tiempo.

Hundió sus manos en la inmensidad oscura de su cabello que caía lacio y suave para obligarle a continuar con los ojos fijos en él. Necesitaba aquella desaprobación. Necesitaba sentir que le perdería para detenerse.

-Yo no quería esto.- Esa era la frase que había estado torturándole.

-Tommy…-sabía que quería decir algo más. Pero no le dejó. Apretó los labios contra los suyos para hacerlo callar. Cerró con fuerza los ojos tratando de no ver, tratando de olvidar a quien estaba besando mientras su boca forzaba la suya a abrirse con una desesperación que jamás había sentido antes.

Y pronto el beso tuvo el regusto oxidado de la sangre, el dolor de los dientes al pelear, eco de rabia, de resentimiento escondido, de incomprensión.

Ninguno de los dos disfrutó y al separarse sus bocas latían y quemaban y el aliento era tan caliente que daba ganas de vomitar.

-Por favor Bill…sal de la habitación.
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"Interruptus" Cap.2

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By: Ellle


Cap.2
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-abres tus ojos, pero no puedes recordar por que la nieve cae en silencio- tocaba distraído, no obstante había dejado de lado el pensamiento “soy un asqueroso pervertido” para centrarse en el de “realmente estos amplis son alucinantes” durante al menos un par de horas.- Ya no puedes sentirla mas- el menor, en cambio, se aferraba al micro como si la vida le fuera en ello. A veces entre frase y frase incluso apoyaba los labios en él. Un pequeño rift y aquello ya estaría superado. A Tom no le gustaba grabar. Nunca le había gustado. Repetir la canción una y otra y otra vez hasta que todo quedaba perfecto, a veces demasiado perfecto; tanto, que hacía añorar alguna nota mal puesta, alguna improvisación “no-me-acuerdo-de-lo-que-iba-aquí,-bueno-da-igual,-repite-el-arpegio-y-ya”, alguna batería descompensada…

Apenas sonó la última nota Bill miró hacía el cristal tras el cual les vitoreaban con gestos.

El disco estaba grabado, y como decía el dicho…cría fama y échate a dormir. Se sonrió con malicia al recordar el tacto del edredón caliente por la mañana.

-Que tal una fiestecíta esta noche Gustav?- necesitaba un compañero de borrachera con urgencia y aquella era la excusa perfecta. Bebería y bebería hasta quedarse sin hígado y morir. Como los buenos roqueros.

-¡Joder, tu te metes algo! ¿Como demonios puedes aguantar?- Tom se colgó de su espalda, dejando todo su peso contra el brazo del batería.

-Pero si apenas es medio día…tienes hasta la noche para descansar.

Ni siquiera se molestó en contestarle. Salió de la sala con la malsana intención de vaciar la máquina de refrescos, la fuente de agua, y cualquier cosa algo fría. Y entonces el guitarra miró a Georg, esperando una respuesta aunque no le hubiera formulado la pregunta a él.

-Estamos todos igual de hechos polvo- se encogió de hombros ante la exclamación de fastidio del de rastas.

-Pero bueno, vaya panda de viejas amargadas, por el amor de dios- puso los ojos en blanco. No le preguntó a su hermano. Sabía que si le preguntaba a Bill él adoptaría esa actitud tan…tan suya. Tan servicial, solo por no saber quedar mal, y seguramente se iría de fiesta con él, y se sentaría en el sofá con algún baso de algo…y a los 20 minutos estaría irremediablemente dormido.

Con aquella expresión tan dulce que se le ponía al dormir, incluso cuando se le caía la baba; y la imagen de un Bill dormido, o borracho, o las dos cosas eran mas de lo que hubieran podido soportar sus malditas hormonas.

-¿Quieres que vaya yo?- sintió una risotada nerviosa subir por su garganta, pero logró morderse la lengua a tiempo.

-Déjalo, tenéis razón…todos estamos cansados.

oooooooooooooooOOOOOOOOOOOOOoooooooooooOOOOOOOOOoooooooooooo

-…Bill…- le excitaba oír sus propios gemidos ahogados con la almohada. Era ya como un ritual. Cada noche…después de cada concierto. Le veía en su mente tan jadeante como él mismo; llegaba a imaginar hasta la perfección el roce de sus uñas contra su espalda, sus piernas rodeándole la cadera. Le gustaba susurrar su nombre una y otra y otra vez hasta que incluso dejaba de tener sentido. Se imaginaba a si mismo apretándole los hombros contra el colchón, sintiendo su espalda arqueada, su piel empapada, en ese momento en que el corazón parece querer salírsete por la boca.

Mordió el colchón para acallar sus últimos gritos y dejó que todo se fundiera en negro. Y después, como siempre la culpa, el arrepentimiento, la prueba del delito cálida y pegajosa en la mano y la sensación fría del cubre colchón empapado de saliva contra su mejilla.

Y las ganas de llorar. Eso era lo peor.

A tientas buscó el rollo de papel higiénico bajo la cama. ¿Porqué Bill? Podía tener a la mujer que quisiera, incluso en el caso de ser realmente gay podía tener al tío que le diera la gana. ¿Porqué él? Se limpió con fastidio. Su maldito hermano. Su maldito hermano gemelo.

Le agobiaba aquella situación, aquella habitación de hotel, las enormes ganas que sentía de besar a Bill cada vez que él le regalaba una de sus sonrisas aniñadas, cada vez que se colgaba de su brazo, cada vez que le miraba durante un concierto. Se sentía sucio, asqueroso y era precisamente eso lo que le mataba por dentro.

Se levantó pero no había donde ir en aquel maldito hotel a las 3 de la mañana. No había ya donde ir nunca.

Sammy Deluxe le golpeaba los tímpanos con versos ahora vacíos, incapaces de ofrecerle una solución. ¿Quién podría? Se estaba volviendo loco. No sería de extrañar que cualquier día Gustav llamara al psiquiátrico para que se lo llevaran. En un instante de delirio miro al teléfono, pasándole por la cabeza la idea de llamar él mismo, “¿Hola? Quiero follárme a mi hermano gemelo, lo que no sé es si se lo debo a una obsesión narcisista o es que realmente me he enamorado de él hasta las trancas volviéndome un invertido, en todo caso, por favor, pásense por aquí a darme unos electro shocks”.

Se sobre saltó al sentir unos ojos clavados en él.

-Bill- estaba en la puerta en pijama. Se quitó los auriculares de un tirón sin atreverse a dar un paso.

-Te he oído dar vueltas...llamé pero no...

-Llevaba los cascos, perdona- y después se hizo el silencio, incomodo y largo.-Puedo pasar?

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"Interruptus" By:Ellle

Estimadas Twincest Sisters, en esta ocacion mi amiga Ellle, me hiso el honor de dejarme publicar sus fictions en esta vuestra pagina, la verdad es que a mi me encanta como escribe esta niña y espero que a todas tambien, este es el primer cap. de un Fic que ya concluyo asi que actualisare seguido, por favor, consideren el tiempo para dejarle un comentario, ya saben que cada firma es un alimento para la creatividad, y como queremos seguir recibiendo buen TWC ¡a mover esos deditos!

Si alguna quiere dejarle firma personalmente en su cuenta, deje donde contactarla en el "buzon del TWC" en este mismo blog, o mandenos un correo.

Ahora si, ¡a leer!

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By: Ellle

Cap.1
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Llevaba cerca de media hora mirando la pared. Ni siquiera le había preocupado el secarse el pelo tras la ducha y sus rastas pesaban si cabe mas de lo normal.

Suspiró de forma lenta y profunda, sintiendo como sus pulmones se hinchaban y hacían presión contra el nudo que tenía en el estomago.

Desde cuando aquella situación había llegado a ser tan desesperante?

Apretaba tan fuerte la toalla entre sus puños que los nudillos latían, dolían. Sentia sus manos como pegadas por la propia fuerza y de vez en cuando el frío de alguna gota resbalar por su pecho.

Un tímido golpeteo en la puerta le sacó de su ensoñación. Ni siquiera oyó su propia voz, sin embargo dijo algo, ya que la puerta se abrió.

-Aún estás así- miró al chico de la puerta de arriba abajo antes de asentir lentamente- ¿qué cojones hacías?...espera...no no no no...no me lo digas.

Aquella afirmación falsamente escandalizada del bajista le hizo sonreír con malicia.

-Por favor...como si yo necesitara el onanismo.-No pudo sino echarse a reír ante la mueca de asco de su compañero.

- No pienso contestar a eso. Dicen que bajes- Tom le sonrió con inocencia antes de verle desaparecer por el pasillo.

-Mierda...podría haber cerrado la puerta.

Abajo solo estaban las cosas de siempre. Los restos del desayuno todavía se esparcían sobre la mesa y el mármol de la cocina, junto con los de la cena. Puso los ojos en blanco al recordar que le tocaba fregar a él.

-Hoy iremos al estudio de grabación- giró sobre sus talones para toparse de frente con su hermano- es nuevo. Dicen que tiene unos “amplis” alucinantes- dijo eso último metiéndose un pedazo de galleta en la boca, al tiempo que levantaba las cejas.

Tom le miró y tardó un instante en contestar. Llevaba una camiseta fina, ancha de color invariablemente negro y aquellos pantalones gastados que le hacían las piernas demasiado delgadas. Demasiado etéreo como para ser humano.

-Tengo ganas de enchufar mi guitarra a algo potente- decidió saltarse el desayuno y comenzar su consumición diaria de cafeína con burbujas.

-Sin pasarse, recuerda que el que debe dar la cara soy yo- y aguantándose una carcajada se hinchó como un pavo, poniéndose de puntillas para acentuar la pequeña diferencia de estatura existente entre los dos.

-No te hagas el importante. Si yo me vistiera de negro y me pintara como un mapache nadie te echaría en falta.

-Oye!- Le golpe en el estomago, riéndose aunque con su orgullo herido.- Habló el que viste discreto.- El guitarra no contestó, solo sonrió ligeramente inclinándose en una reverencia.- Payaso...

Su cuerpo, su cabello negro y lacio. Delgado, con eterno aspecto de niño.

Desde hacía algún tiempo solo deseaba abrazarle. Era una obsesión insana, el deseo de tan solo poder poner las manos sobre sus caderas, sobre aquel hueso marcado y frágil. Se imaginaba colando los dedos bajo la camiseta lentamente, rodeando su ombligo. Lo había visto tantas veces en sus sueños. Las primeras veces le habían escandalizado, después ya buscaba ansiadamente esos sueños en los que su hermano le sonreía sonrojado apretándole entre sus brazos.

Y sabía que era antinatural, sabía que ese deseo no podía materializarse. Sabía que nunca podría apretar su cuerpo contra el suyo. Desde hacía ya semanas ponía la cara de Bill a cuantas chicas besaba, apartando las manos de sus senos como si quemarán para no romper la ilusión. Las elegía parecidas a él.

A veces incluso las besaba ante su hermano; para verle la cara, para mostrarle lo que sabía hacer, y se preguntaba que sentía. Se preguntaba si él veía aquella escena, le veía besando a alguien parecido a él, y se ponía en su lugar.

Si alguna vez habría imaginado estar entre sus brazos, aunque fuera por curiosidad.

Pero Bill nunca había hecho nada. Solo apoyaba la botella en los labios y sonreía.

-Que miras?- ¿se había quedado embobado? Que fallo.

-Nada, estoy algo cansado.

-Te veo como ido desde hace unos días, estás bien?

Sus ojos miel, con aquel brillo de preocupación, los labios húmedos y separados. Deseó decírselo, pedir perdón e ir a suicidarse por ahí, pero no hizo nada. Solo asentir como un estúpido.

Le vio alejarse tarareando una melodía desconocida. Tal vez, la última canción que tenía en mente, con sus pasos despreocupados, como si caminara por un eterno parque imaginario en un agosto eterno que solo existía en su mente.

Tomó la guitarra enfundada y su cazadora antes de seguir los pasos de Bill.
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Seguimos haciendo lo posible por conseguir pronto los fics de la pagina anterior, mientras tanto disfruten estos, son excelentes, si quieren que sus trabajos sean publicados aca o colaborar, ya sebeis que hacer "ir al buzon".
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lunes, 19 de enero de 2009

Fiesta privada...TWC in the air...

www.youtube.com/v/9VFJASDe4IU&hl=es&fs=1">">

Video mas que visto...pero ¿lo habiamos analizado bien?

Bueno, pues esta es la traducción de una fiesta “privada” de Tokio hotel, ahora veamos que es lo que salio, yo me divertí bastante con el video y todo el Twincest in the air…turururu turururur…Twincest in the air…Hahaha,
Okay, disfrutad entonces de lo ya antes dicho y de los bailes de Bill. Perdón por pésima traducción.

Bill: ¡Que comience la música!¡Vamos! ¡Baile!

Hasta aquí podría parecer que el buen Bill solo quiere diversión, ahora…veamos que pasa….Primero, a inspeccionar la comida.

Bill: Yuk! ¡todas esas cosas dulces!, necesitan comer espárragos sanos, perooo…solo comes eso cuanto eres adulto
Siempre tan indulgente el…mmmm…¿qué pretendes Billy?

Bill: Tom, tu necesitas bailar…

Primer straik!, pero, ¿Bill se dará por vencido? Yo creo que no….

Bill: ¡Hey!, este es el club de Billy por hoy, tu no puedes estar, solo VIP´s

¿Para que querrá intimidad? Si, eso pensé yo… Sigamos.

Bill: Manténganse encendidos *¿La recomendación a alguien en especial cariño?*, miren la danza impresionante de esta canción…*Si…la danza…U_u*
Vean nada más el sentimiento con que canta…mmmm…¿a quien volteo a ver de reojo?

Tom: Apenas tengo el 5 % de la energía de Bill…Solo el 5% Bill… *¡Alguna insinuación de comprobarlo?*

Bill: Cállate y tranquilízate…Estas nervioso por el espectáculo de en la noche
Mmmhh….¿con que shows nocturnos ahhhh? Bien, al parecer nuestro Bill ya se esta desesperando de la falta de reacción de Tom y empieza a sacar la artillería pesada, nótese la manera tan “inocente” en que baila y su sonrisa de 100 wats…además…muy metido en la canción pero no deja de mirar de reojo…¿o me equivoco?

Bill: *Ya un poco impaciente* ¿Están conmigo? ¡La verdadera fiesta empieza ahora!
Bueno, se ve tan lindo moviendo su bella cabecita al compás que los chicos se apiadan y aplauden un poco…mas Bill perdió el entusiasmo…y si….¿quién quiere matar a Tomy por lento?

Bill: El tiempo de disco acabo…¡bailar solo no es divertido!…

Awwww….¡Que alguien lo abrace por piedad! Al parecer Bill hasta aquí llego…sniff , solo vean su carita, y Tom…nada…

Bill: Esperen un minuto…¡Yo necesito estar renovado para el Show…!
Al parecer el Chico estaba tan entretenido intentando animar a “alguien” que olvido alistarse para su presentación…hahaha…mira nada mas como lo traes Tom…coff…coff…Bien, pues mi punto creo ya quedo mas que claro ¿no? solo me despido con …Twincest in the air..turururur turururur….twincest in the aaaaair….turururu turururur….oooohhhhhuuuoooohhhh….

Ein kuss
LunaInvierno

Perdon por la demora, salimos de vacaciones pero ¡ya estamos de regreso!



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In die Nacht...
...In the day...
..Kaulitz love...
...Oh right!
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jueves, 1 de enero de 2009

Navidad!! :D que fotos por dios ! Kambio de look de bill xD
















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In die Nacht...
...In Der Tag...
..Kaulitz Liebe...
...Oh right!
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