martes, 20 de enero de 2009

"Interruptus" Cap.3

...............................Interruptus.............................
By:Ellle


Cap.3
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Le observó lentamente al entrar; como su delgado cuerpo se dejaba caer sobre la cama.

-¿Tú tampoco puedes dormir?- el menor esbozó una sonrisa, mostrando sus dientes apretados y burlones.

-¿Teniéndote a ti pared con pared haciendo más escándalo que un elefante, dices?- había estado pateando un par de cosas pero no había hecho tanto ruido, ¿no? Volvió sus ojos hacia la maleta en la que llevaba sus gorras, ahora vacía porque todas ellas se esparcían por la habitación.

-Lo siento, no me di cuenta.

-¿Va todo bien?-el de las rastas solo pensaba en que apenas hacía un rato, la habitación le parecía el doble de grande. Necesitaba una cerveza.

-Claro que si, el disco esta grabado, tengo guitarra nueva…ha sido un día genial.

-Y dichas las tonterías de rigor ¿Qué ocurre?- habían centenares, tal vez miles de cosas medianamente inteligentes que hacer, decir o pensar; podría haberse metido en el baño, alegar cansancio, añoranza, crisis adolescente, terror creciente hacia sus fans o nervios por un sueño recurrente sobre la destrucción del mundo y las trompetas de Jericó, pero en vez de todo eso, comenzó a mirar al techo como si este fuera lo mas interesante de la creación.-¿Es que ya no confías en mi?- maldito amo del chantaje emocional. Cada vez que quería sacarle algo, conseguir algo o meterle en algún follón acompañaba esa frase de una estudiada expresión facial que se columpiaba entre “estoy dolido porque no me lo cuentas”, “siento que te estoy perdiendo” “Hace 4 años me lo hubieras dicho” y la entrañable “¿no ves que estropeas nuestro vinculo y hieres mis sentimientos?”. Todo eso sin palabras. Saltaba de la una a la otra en fracción de segundo sin despegar los labios. De todo eso era capaz Bill.

-Sabes de sobra que confío en ti mas que en nadie- y él bajó el rostro con tristeza murmurando “si, claro”-no me montes dramas, por favor. Ya no somos niños podemos tener secretos.

-Tommy estoy preocupado. Los dos últimos meses estás siendo muy huraño.- Se levantó de la cama para acercarse a él. El mayor sintió ese frío extraño en el estomago ese vuelco en el corazón- estás triste.

Le tenía delante y la pared a su espalda.

-No seas niño Bill.- Seguía mirándole fijamente, tan cerca que sentía su respiración en la piel.

-¿Es conmigo no? ¿és con algo que he hecho con la banda?¿Algo que he dicho? No te quedes callado por el amor de Dios.

El tenerle tan cerca le estaba volviendo loco.

-¿Quieres saber que es lo que me pasa?- se imaginó que su hermano asentiría afirmativamente con una media sonrisa tímida. De haber podido elegir, habría preferido hablar, pero no pudo. Su cerebro dejó de responderle cuando sin quererlo, sin desearlo, sin buscarlo, sus ojos quedaron fijos en los de él. Que eran como los suyos, pero no lo eran. Con aquellos restos de maquillaje negro que los oscurecía y los hacía parecer profundos, eternos, infinitos; aquel deje triste, tímido y siempre conciliador.

Antes de poder razonar nada ya apretaba sus hombros y con un gesto brusco había cambiado la posición; le tenía contra la pared, viendo como aquellos ojos que le hacían enloquecer lo miraban ahora con una pequeña chispa de curiosidad, un abandono blando.

-Tom…- lo susurró lentamente. Como si simplemente comenzara a comprender lo que ocurría. Y ya lo sabía. ¿Qué importaba todo ya? Ahora ya solo leía desaprobación. Tristeza. Iba a perder a su hermano por un deseo que ya no podía controlar por más tiempo.

Hundió sus manos en la inmensidad oscura de su cabello que caía lacio y suave para obligarle a continuar con los ojos fijos en él. Necesitaba aquella desaprobación. Necesitaba sentir que le perdería para detenerse.

-Yo no quería esto.- Esa era la frase que había estado torturándole.

-Tommy…-sabía que quería decir algo más. Pero no le dejó. Apretó los labios contra los suyos para hacerlo callar. Cerró con fuerza los ojos tratando de no ver, tratando de olvidar a quien estaba besando mientras su boca forzaba la suya a abrirse con una desesperación que jamás había sentido antes.

Y pronto el beso tuvo el regusto oxidado de la sangre, el dolor de los dientes al pelear, eco de rabia, de resentimiento escondido, de incomprensión.

Ninguno de los dos disfrutó y al separarse sus bocas latían y quemaban y el aliento era tan caliente que daba ganas de vomitar.

-Por favor Bill…sal de la habitación.
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In die Nacht...
...In the day...
..Kaulitz love...
...Oh right!
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1 comentario:

Lu... dijo...

Hola
Me gusto bastante tu historia
Ya quiero saber que va a pasar